Así me lo contaron
No pretendas que las cosas ocurran como tu quieres. Desea, más bien, que se produzcan tal como se producen, y serás feliz. EPICTTETO
lunes, 6 de enero de 2014
sábado, 4 de enero de 2014
LA TORTILLA DE PATATAS SIN HUEVO
He visto en la tele la comercialización de un producto curioso, LA TORTILLA DE PATATAS SIN HUEVOS.
No es de extrañar que cada vez nos parezca el mundo más loco e incoherente.
En España la tortilla siempre ha sido una fritada de huevo batido, en forma redonda o alargada, a la cual se añade a veces algún otro ingrediente.
Entonces, ¿Cómo se puede hacer una tortilla sin huevos?, probablemente dentro de nada creen la tortilla de patatas, sin patatas.
Cuando definimos algo, solemos hacerlo para distinguirlo de lo demás; para ello, nos basamos en características observables.
Si la tortilla de patatas es la fritura de mezclar huevos con patatas, no es lógico seguir denominándola así, si alguno de los componentes ha cambiado; por mucho que uno de ellos siga teniendo el color de la yema.
En definitiva, que el antiguo refrán “al pan, pan y al vino, vino”, ha quedado en desuso. Ahora toca decir “al pan, vino y al vino, pan o llame al pan y al vino como a usted le venga en gana.
Quién me iba a decir, que iba a vivir el episodio bíblico de “la torre de Babel” a comienzos del siglo XXI.
No es de extrañar que cada vez nos parezca el mundo más loco e incoherente.
En España la tortilla siempre ha sido una fritada de huevo batido, en forma redonda o alargada, a la cual se añade a veces algún otro ingrediente.
Entonces, ¿Cómo se puede hacer una tortilla sin huevos?, probablemente dentro de nada creen la tortilla de patatas, sin patatas.
Cuando definimos algo, solemos hacerlo para distinguirlo de lo demás; para ello, nos basamos en características observables.
Si la tortilla de patatas es la fritura de mezclar huevos con patatas, no es lógico seguir denominándola así, si alguno de los componentes ha cambiado; por mucho que uno de ellos siga teniendo el color de la yema.
En definitiva, que el antiguo refrán “al pan, pan y al vino, vino”, ha quedado en desuso. Ahora toca decir “al pan, vino y al vino, pan o llame al pan y al vino como a usted le venga en gana.
Quién me iba a decir, que iba a vivir el episodio bíblico de “la torre de Babel” a comienzos del siglo XXI.
viernes, 9 de agosto de 2013
15 consejos de un empleado para ser un reverendo...jefe
1) Jamás me dé el trabajo por la mañana. Es mejor que lo haga después de las 16. Me resulta gratificante sentir el reto de trabajar bajo presión.
2) Si es urgente, le pido que me interrumpa cada 10 minutos para saber cómo voy. Será de mucha ayuda para mí. Aunque lo ideal sería que espíe sobre mi hombro y me dé calor en la oreja.
3) Por favor, si se tiene que ir no me avise. De este modo, me ofrece la oportunidad de estimular mi creatividad cada vez que alguien pregunta por usted.
4) Si mis manos están llenas de papeles, cajas, etc., ¡no me abra la puerta!, necesito aprender a funcionar bien en caso de que quedarme parapléjico.
5) Deme más de una tarea pero sin indicarme prioridades. Quisiera practicar mis conocimientos de telepatía.
6) Haga un esfuerzo más: reténgame en la oficina hasta tarde. Adoro la oficina y, entre nosotros, no tengo mejor lugar adonde ir.
7) Si está contento con mi trabajo no se lo diga a nadie. Si se sabe, podría ser causa de un ascenso. Por otro lado, podría dejar de esforzarme para que así sea.
8) Si no le gusta mi desempeño, hágaselo saber a todo el mundo. Sepa que me fascina que mi nombre esté en boca de todos Eso sí, no me lo diga a mí porque podría herir mis sentimientos.
9) Si tiene instrucciones especiales para la realización de algún trabajo, no me las escriba.
Tampoco me lo diga hasta que ya casi lo haya terminado. ¿Qué necesidad hay de confundirme con información inútil?
10) Nunca me presente a la gente con la que está. Sé que no tengo derecho a saber nada. En la cadena alimenticia del ecosistema de la empresa ocupo el lugar de “Plancton”.
11) Si en el futuro usted hace una referencia a esas personas, utilizaré mis poderes psíquicos para saber de quién me habla.
12) Sea agradable conmigo. Pero únicamente si el trabajo le salva el pellejo, o bien, si un mal resultado pudiera enviarlo directamente al infierno de los jefes.
13) Cuénteme todos sus pequeños problemas. Nadie más los tiene y me hace bien saber que alguien es menos afortunado que uno. Me encanta, en especial, la historia en la que me explica la gran cantidad de impuestos que debe pagar cada vez que le dan un mega bono por ser un gran jefe.
14) Espere a que venga mi revisión anual de actividad. Es el momento ideal para decirme cuál debió haber sido mi objetivo principal, o que el café matinal que me hace traerle lo toma sin leche.
15) Califique mi actuación como mediocre y deme un aumento sobre la base de la inflación. Sepa que yo no estoy aquí por dinero.
Visto en: www.emprendedoresnews.com
Imagen sacada de: http://zonaempresas.com/
2) Si es urgente, le pido que me interrumpa cada 10 minutos para saber cómo voy. Será de mucha ayuda para mí. Aunque lo ideal sería que espíe sobre mi hombro y me dé calor en la oreja.
3) Por favor, si se tiene que ir no me avise. De este modo, me ofrece la oportunidad de estimular mi creatividad cada vez que alguien pregunta por usted.
4) Si mis manos están llenas de papeles, cajas, etc., ¡no me abra la puerta!, necesito aprender a funcionar bien en caso de que quedarme parapléjico.
5) Deme más de una tarea pero sin indicarme prioridades. Quisiera practicar mis conocimientos de telepatía.
6) Haga un esfuerzo más: reténgame en la oficina hasta tarde. Adoro la oficina y, entre nosotros, no tengo mejor lugar adonde ir.
7) Si está contento con mi trabajo no se lo diga a nadie. Si se sabe, podría ser causa de un ascenso. Por otro lado, podría dejar de esforzarme para que así sea.
8) Si no le gusta mi desempeño, hágaselo saber a todo el mundo. Sepa que me fascina que mi nombre esté en boca de todos Eso sí, no me lo diga a mí porque podría herir mis sentimientos.
9) Si tiene instrucciones especiales para la realización de algún trabajo, no me las escriba.
Tampoco me lo diga hasta que ya casi lo haya terminado. ¿Qué necesidad hay de confundirme con información inútil?
10) Nunca me presente a la gente con la que está. Sé que no tengo derecho a saber nada. En la cadena alimenticia del ecosistema de la empresa ocupo el lugar de “Plancton”.
11) Si en el futuro usted hace una referencia a esas personas, utilizaré mis poderes psíquicos para saber de quién me habla.
12) Sea agradable conmigo. Pero únicamente si el trabajo le salva el pellejo, o bien, si un mal resultado pudiera enviarlo directamente al infierno de los jefes.
13) Cuénteme todos sus pequeños problemas. Nadie más los tiene y me hace bien saber que alguien es menos afortunado que uno. Me encanta, en especial, la historia en la que me explica la gran cantidad de impuestos que debe pagar cada vez que le dan un mega bono por ser un gran jefe.
14) Espere a que venga mi revisión anual de actividad. Es el momento ideal para decirme cuál debió haber sido mi objetivo principal, o que el café matinal que me hace traerle lo toma sin leche.
15) Califique mi actuación como mediocre y deme un aumento sobre la base de la inflación. Sepa que yo no estoy aquí por dinero.
Visto en: www.emprendedoresnews.com
Imagen sacada de: http://zonaempresas.com/
miércoles, 24 de julio de 2013
EL YO ME QUEDO
Es de muchos sabidos que en los pueblos, las personas se conocen más por los apodos que por su nombre propio.
En cierto pueblo había un hombre no muy dado al trabajo, se podría decir que le gustaba más pasarse la vida pensando y contemplando la naturaleza.
Cuando pasaban a buscarle para ir a alguna labor, miraba el cielo y como observara alguna nube negra, se daba el siguiente diálogo:
- Fulanito, ¿Vienes a la remolacha, que nos hace falta uno para la cuadrilla?
Fulanito contestaba: Más cierta es el agua. Fríe pan Diteria. YO ME QUEDO.
A partir de entonces empezó a conocerse por “EL YO ME QUEDO”.
Y es que la vida en los pueblos, es así.
En cierto pueblo había un hombre no muy dado al trabajo, se podría decir que le gustaba más pasarse la vida pensando y contemplando la naturaleza.
Cuando pasaban a buscarle para ir a alguna labor, miraba el cielo y como observara alguna nube negra, se daba el siguiente diálogo:
- Fulanito, ¿Vienes a la remolacha, que nos hace falta uno para la cuadrilla?
Fulanito contestaba: Más cierta es el agua. Fríe pan Diteria. YO ME QUEDO.
A partir de entonces empezó a conocerse por “EL YO ME QUEDO”.
Y es que la vida en los pueblos, es así.
miércoles, 24 de abril de 2013
jueves, 28 de marzo de 2013
sábado, 9 de marzo de 2013
ANTE LA NOVEDAD JAMÁS SE YERRA
En el presente sólo podemos elegir. Los efectos de la elección se observan cuando el futuro se convierte en presente. Ante una Novedad jamás se yerra. Cometemos el error cuando no aprendemos de la experiencia.
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