Saber decir sí es un arte. Saber decir no sin herir y sin abdicar de las propias convicciones o valores es un nivel de educación que parece que logran muy poquitos. Pero saber decir no de una manera civilizada es indispensable para relacionarse creativamente con los demás, sin hipotecarse a nada ni a nadie.
Decir que no, aclara nuestras posturas y nuestros sentimientos. Logra que los demás no abusen de nosotros, aprovechándose de nuestra falta de habilidad. Logramos no hacer lo que no queremos hacer. Y probablemente lograremos que ya no nos importunen más con algunas peticiones, que el mero hecho de hacernos ya nos desestabiliza.
En cambio los que no saben decir que no, se encuentran con demasiada frecuencia frustrados, enfadados, descontentos; dedicados a tareas que les están impidiendo las que realmente se habían propuesto realizar; e incluso pueden provocar una imagen completamente falsa de su persona y de sus preferencias personales.
Sepamos decir no, cuando haya que hacerlo. Con educación. Quizás también con una sonrisa.
2 comentarios:
La sonrísa siempre debe estar presente en nuestro quehacer diario, tanto para decir si, como para decir no, o quien sabe un tal vez...
Pero si es cierto que es muy, muy difícil llegar a decir no, de manera contundente, sin animo de ofensa para con el otro y encima sin que uno se sienta culpable.
Al igual que casi todo en esta vida, todo requiere de un proceso de aprendizaje, y saber decir no, no es moco de pavo.
Así que nada, aprendamos a decir no y quedarnos tan campanchos.
En realidad es hasta divertido :D
Por no haber dicho NO, me veo como me veo....Un saludo
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