SAN NICOLÁS, SANTA CLAUS Y PAPÁ NOEL

Este entrañable personaje fue, en su origen, un obispo turco del siglo III que vivía en Mira (Asia Menor), y al que el emperador Diocleciano encarceló tras una persecución contra los cristianos. Constantino “el Grande”, que fue quien convirtió en oficial la religión católica en el Imperio Romano, le concedió la libertad. Nicolás murió poco después: un 6 de diciembre, posiblemente, del año 326. Le llamaban “el obispo de los niños” porque uno de los milagros que hizo en vida, según cuentan, fue resucitar a tres hermanos que habían sido asesinados por un posadero de Nicea. En 1087 sus restos fueron trasladados desde Mira hasta la iglesia de San Nicolás de Barí, en Italia, desde donde, según la tradición, el santo siguió haciendo milagros durante los 500 años siguientes.

Desde entonces el día de San Nicolás se celebra el 6 de diciembre y es el patrono de países como Rusia, Holanda y Grecia. Este santo de barba blanca, montado en un caballo blanco, es el encargado de repartir regalos entre los niños que se han portado bien y de castigarles con una vara de abedul si han sido traviesos. San Nicolás se convierte en Santa Claus en Holanda, simplemente porque deriva de las formas latinas Sanctus Nicolaus.

En 1621, los colonos holandeses que se establecieron en la isla neoyorkina de Nueva Amsterdam (hoy Manhattan) llevaron en barco la imagen de su patrono, ya sin hábito, con pantalones y sombrero de ala ancha. Con los años, esta imagen que salía en procesión cada 6 de diciembre fue cambiando según la imaginación de sus creadores. Parece que fue Washington Irving la primera persona que le describió como alguien risueño, fumando en pipa y cruzando el firmamento en un trineo tirado por renos. En el siglo XIX los americanos ya habían adoptado plenamente al personaje y, en 1863, se publicó por primera vez su caricatura en la revista “Harper’s”: con una barba larga y un traje rojo de terciopelo. Con esta imagen, San Nicolás vuelve a Europa y se transforma en Papá Noel, inmortalizado por un anuncio de Coca Cola en 1931. Bien entrado el siglo XX, los españoles lo adoptaron para recibir regalos por Navidad, pero siguieron manteniendo la tradicional noche de Reyes, entre el 5 y el 6 de enero.