miércoles, 6 de enero de 2010

¡AY QUE VER COMO ESTÁ EL SERVICIO!

Suena el teléfono y la criada atiende la llamada:

– ¿Está la señora? –Preguntan.

– Sí pero no se puede poner, está cagando – responde la criada. (*)

La señora que ya había terminado sus quehaceres y escuchó la conversación, le llama la atención.

– ¡Hay que ver Benita que ordinaria eres! Otra vez, dices simplemente que estoy “ocupada”.

Dos días después se repite la escena. Suena el teléfono y preguntan:

– ¿Está la señora?

– Sí, pero no se puede poner, ahora mismo está ocupada. –Responde la sirvienta con la lección bien aprendida.

– ¿Y usted cree que tardará mucho?

– Pues no creo porque se iba peyendo por el pasillo. (*)


(*) Quizás este chiste, sea tan ordinario como la criada. Para aquellas personas que así les parezcan, hagan los siguientes cambios de frases:

FRASE 1: “Sí, pero no se puede poner está cagando.” Por Sí, pero no se puede poner porque está evacuando su vientre.”

FRASE 2: “Pues no creo que tarde porque se iba peyendo por el pasillo.” Por Pues no creo que tarde porque arrojaba o expelía ventosidades del vientre por el ano mientras iba a paso ligero por el pasillo.”

4 comentarios:

Asu Sórdenes Ñora dijo...

Muy señor de usted: Que yo soy una "mandá", que sepa que la señora del Conde de Dé es muy señora, pero se pega unos "cuescos" que "atufan" más que un saco de "boñigas" de camello. Y le "ví a decí", que servidora es muy "educá" y que ya no dice lo de "cagar" o "peerse", que ahora digo: "jiñá" y digo "aflautarse"... que yo he ido a una escuela de primaria...!vamos! y mi maestro se llamaba Juan José; !ahí es ná".

Una mujer...... dijo...

Si necesita usted una la contrata.Es muy discreta.....

Juan José dijo...

Ya se le nota quién ha sido su maestro, no hace falta que lo diga. Ése que se crió frente a un colegio de pago.
Pero puede usted sentirse feliz que le haya educado ese (me voy a callar), no todo el mundo tiene esa desgracia.

Se despide atte. un servidor.

Percibe usted como se nota mi pedigree.

Juan José dijo...

¿Qué si era discreta?
Eso ponía en su carta de recomendación.