domingo, 6 de diciembre de 2009

ER ZAGALILLO 2ª parte

Todo lo hermoso en la vida
se consigue con cariño
¡y que nunca se os olvide!
lo importante de una escuela;
lo importante, son los niños.

Están las programaciones,
evaluaciones y textos,
los horarios, las reuniones,
charlas con los compañeros,
las pedagogías nuevas
y otras que se murieron.
Todo ésto es necesario
pero encierra un gran peligro
que queriendo hacer buen plato,
hagamos mal el aliño;
por eso nunca olvidarse:
¿lo importante del colegio?
lo importante, son los niños.

Vendrá personaje ilustre
trayendo teoría nueva
diciendo que lo que hay
es arcaico y ya no pega,
creyendo el pobre iluso
descubrir la panacea,
de eso también aprendemos
y para sacarle jugo
ser más listos que un armiño;
pero nunca se os olvide:
¿lo importante de un colegio?
lo importante, son los niños.

Y haremos excursiones,
fiestecillas, festivales,
pero cuida que el motivo
nunca te sean los padres,
porque por lindas que sean,
si en esas actividades
el niño no es principal,
todo lo hermoso de ellas
se transforman en vanal;
y si quieres en Navidad
hacer una fiesta hermosa
padres, maestros, alumnos
haciendo una “pestiñá”,
para que quede puntero
y sabrosos los pestiños
que nunca se os olvide:
¿lo importante de un colegio?
los importante, son los niños.

Por eso tengo grabado
el nombre de mi maestro
y recuerdo como ayer
lo que dijo hace ya tiempo:

Todo lo hermoso en la vida
se consigue con cariño
¡y que nunca se os olvide!
lo importante de una escuela;
¡lo importante!, son los NIÑOS.

Benalup-Casas Viejas, junio de 2001
Fdo.: Un ignorante.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

QUe así sea, Amén!!!!.

una seguidora de este blog dijo...

Eres de los mejorcitos del gremio.Un saludo profesor y sigue haciendo tus propios textos, hazme caso...........

Juan José dijo...

Gracias por los comentarios. No os lo podréis creer; pero éstos me gustan más que los negativos.
Aunque también tienen su aquel. Mi vanidad ha subido tanto, que he tenido que llamar a un albañil y un carpintero para que me agranden los marcos de las puertas. No podía pasar por ellas de lo hinchado que estaba. Vamos, que parecía un palomo buchón en época de celos.