Salía con mi pizza recién hecha y tan calentita de la pizzería de la calle San Juan (ésto es publicidad subliminal). Cuando al pasar por un bar que hay en la alameda (no pienso escribir que era el de Ricardo, porque entonces se va a saber quienes éramos), había una grupo de tres señores platicando sobre las cosillas lugareñas.
Como hacía tiempo que no manteníamos un breve diálogo, me pare a saludar sabiendo que me jugaba el calor de mi pizza crujientita.
Ya sabemos que el hombre es débil por naturaleza, y si hay unas copas de por medio “pa que te voy a contá”.
Total, después de arreglar tres cuartas partes del pueblo; para ahorrarme la convidá correspondiente, puse como excusa:
- Lo siento señores, he de marcharme porque se me va a enfriar la pizza.
- Normal, si traes la portañuela abierta con el frío que hace –replicó inmediatamente uno del grupo.
- ¿Tú quién eres el graciosillo del pueblo? –pregunté algo indignado.
- No, yo soy el que publica “Así me lo contaron”.
- Adiós, so intelectual.
- Adiós carapapa.
Psdt.: Es indignante que el diccionario de “Word”, no traiga el vocablo “carapapa”
4 comentarios:
El calor de la pizza se arregla con un golpe de microondas, pero el calor con que te acogimos en el bar es insustitible, so carapapa.
Nico.
¡Puñetas! Mira que decirme lo del microondas ahora. Ya me le he comido fría.
No me digas carapapa, que se van a dar cuenta de quién lo dijo.
¿Pero no estabas a dieta tras la ingesta de polvorones???Un saludo....
¿Quién será "una mujer dijo..." que sabe tanto de mi vida íntima culinaria?
Lo siento, pero soy curioso por naturaleza. ¡Bueno, sí! También por cotilla.
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