
Los poetas latinos posteriores, como Virgilio y Horacio, por ejemplo, describen a las arpías como seres horribles, de forma de pajarracos con cabeza de mujeres de mejillas pálidas a causa del hambre, y los dedos armados de largas uñas. Estas repulsivas criaturas se precipitaban desde los aires sobre la comida preparada para los enemigos de los dioses y la devoraban o vertían sobre la misma alguna substancia hedionda que imposibilitaba su ingestión. Hoy la palabra arpía se usa como insulto, aunque también da nombre a un tipo de ave falconiforme americana que desciende velozmente para capturar a los animales de que se nutre.
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