domingo, 19 de septiembre de 2010

LAS ARPÍAS

Eran aves fabulosas de la antigua mitología grecorromana, mucho más temibles que las sirenas. En realidad deidades maléficas. En los poemas de Homero representaban, simplemente, la personificación de los vientos huracanados que arrebatan a los seres humanos, los cuales desaparecen súbitamente de la tierra. En los tiempos de Esquilo fueron representadas como seres repulsivos provistos de alas, mensajeras del dios infernal, contra cuya furia desatada nada podían las demás deidades.

Los poetas latinos posteriores, como Virgilio y Horacio, por ejemplo, describen a las arpías como seres horribles, de forma de pajarracos con cabeza de mujeres de mejillas pálidas a causa del hambre, y los dedos armados de largas uñas. Estas repulsivas criaturas se precipitaban desde los aires sobre la comida preparada para los enemigos de los dioses y la devoraban o vertían sobre la misma alguna substancia hedionda que imposibilitaba su ingestión. Hoy la palabra arpía se usa como insulto, aunque también da nombre a un tipo de ave falconiforme americana que desciende velozmente para capturar a los animales de que se nutre.

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