martes, 6 de octubre de 2009

ER JAMONCITO DE LOS... OONES

Hoy sobre las 15 horas y 30 minutos han quedado para comerse un jamoncito, un grupo de señores.

A mí no me han invitado, supongo que será porque padezco colesterol o porque ya me he colado varias veces de gorrón en sus celebraciones; pero vamos, ésto son minucias a las que algunos les dan mucha importancia, y todo porque suelo marcharme cuando llega la hora de pagar.

Pero que sepáis que a mí no me gusta el jamón y menos el de “pata negra”, así que los disfrutéis ¡con “toas” vuestras…! amistades.

¡Lo que me importará!: Ver esas lonchas cortadas finitas con su poquito de tocino, soltando esa grasita que parece estar sudando de miedo al pensar, “la que se van a dar estos gachones a mi costa”.

¡Y donde me dejas!, ese “pan de campo” al natural o un poquito tostadito, que cuando te los metes en la boca junto a la loncha, se te saltan dos lagrimones mientras piensas: “entre la gloria y esta degustación tiene que haber poca diferencia”.

Y si eso se riega con un riojita, ¡para que te voy a contar! Menos mal que como he dicho antes, a mí estas cosas no me gustan.

Pero que sepáis que como se leer, Leo; y si no, pues me curaré en Salu. Y como no soy una persona rencorosa, cuando compre un cartucho de pipas, no os pienso dar ni una.

Y el dichoso jamoncito os lo podéis meter por… la boca para paladearlo y degustarlo como se merece.

Fdo.: Un envidioso.

2 comentarios:

Salustiano Gutiérrez Baena dijo...

ja ja ja. Invitado estas. Más vale tarde que nunca.

Juan José dijo...

Salu, ¿Cómo te has dado cuenta que uno de los interceptos eras tú?
¿Tienes poderes extraordinarios como "la bruja Lola"? No me vayas a poner un par de velas negras, que yo soy una buena persona (cuando estoy dormido).
Esto empieza a asustarme; a ver si vas a ser vidente.
Aunque más que vidente, creo que ha sido e-vidente.
Saludos.