Los filósofos discutieron qué era anterior, si el huevo o la gallina, y nunca se pusieron de acuerdo. Hace 4.000 años, siendo entonces las gallinas salvajes, vivían en el norte de la India sin que tuvieran protagonismo culinario, pues en los menús se utilizaban huevos de otras aves. Fue en Grecia donde se convirtió a la gallina en ave de corral. A partir de ese momento los huevos formaron parte de la repostería romana y Apicius inventó las natillas (leche, miel y huevos batidos).
Al final del Medievo el uso del huevo de gallina se extendió por toda Europa como ingrediente de una alimentación modesta y cotidiana. Los españoles llevaron las gallinas a América y cuajó una de las mayores colonizaciones culinarias de la historia de la gastronomía.
Los antiguos persas, chinos y griegos consideraban a los huevos como símbolo de la creación. Los romanos los colocaban en las tumbas de sus muertos. Así mismo los indígenas de las islas del Pacífico. Como se calcula que en el mundo se consumen cada año 250 billones de huevos, no hay duda en calificarlos de alimento imprescindible.
2 comentarios:
Vaya tela lo que ha dado de si y de que hablar un simple huevo....
:P
Como siempre curioso e interesante...
Pues sí, así es la vida.
Saludos mismamentetu. ;)
Publicar un comentario