miércoles, 1 de septiembre de 2010

CONSEJOS DE UN EMPLEADO

15 consejos de un empleado para ser un reverendo...jefe

1) Jamás me dé el trabajo por la mañana. Es mejor que lo haga después de las 16. Me resulta gratificante sentir el reto de trabajar bajo presión.

2) Si es urgente, le pido que me interrumpa cada 10 minutos para saber cómo voy. Será de mucha ayuda para mí. Aunque lo ideal sería que espíe sobre mi hombro y me dé calor en la oreja.

3) Por favor, si se tiene que ir no me avise. De este modo, me ofrece la oportunidad de estimular mi creatividad cada vez que alguien pregunta por usted.

4) Si mis manos están llenas de papeles, cajas, etc., ¡no me abra la puerta!, necesito aprender a funcionar bien en caso de que quedarme parapléjico.

5) Deme más de una tarea pero sin indicarme prioridades Quisiera practicar mis conocimientos de telepatía.

6) Haga un esfuerzo más: reténgame en la oficina hasta tarde. Adoro la oficina y, entre nosotros, no tengo mejor lugar adonde ir.

7) Si está contento con mi trabajo no se lo diga a nadie. Si se sabe, podría ser causa de un ascenso. Por otro lado, podría dejar esforzarme para que así sea.

8) Si no le gusta mi desempeño, hágaselo saber a todo el mundo. Sepa que me fascina que mi nombre esté en boca de todos Eso sí, no me lo diga a mí porque podría herir mis sentimientos.

9) Si tiene instrucciones especiales para la realización de algún trabajo, no me las escriba.
Tampoco me lo diga hasta que ya casi lo haya terminado. ¿Qué necesidad hay de confundirme con información inútil?

10) Nunca me presente a la gente con la que está. Sé que no tengo derecho a saber nada. En la cadena alimenticia del ecosistema de la empresa ocupo el lugar de “Plancton”.

11) Si en el futuro usted hace una referencia a esas personas, utilizaré mis poderes psíquicos para saber de quién me habla.

12) Sea agradable conmigo. Pero únicamente si el trabajo le salva el pellejo, o bien, si un mal resultado pudiera enviarlo directamente al infierno de los jefes.

13) Cuénteme todos sus pequeños problemas. Nadie más los tiene y me hace bien saber que alguien es menos afortunado que uno. Me encanta, en especial, la historia en la que me explica la gran cantidad de impuestos que debe pagar cada vez que le dan un mega bono por ser un gran jefe.

14) Espere a que venga mi revisión anual de actividad. Es el momento ideal para decirme cuál debió haber sido mi objetivo principal, o que el café matinal que me hace traerle lo toma sin leche.

15) Califique mi actuación como mediocre y deme un aumento sobre la base de la inflación. Sepa que yo no estoy aquí por dinero.

2 comentarios:

Aitana dijo...

Acabo de ver un comentario tuyo en mi blog en el artículo "La cultura del miedo" y me he llavado una gran sorpresa. Gracias por leerme.

Aitana dijo...

Acabo de ver un nuevo seguidor en mi blog "conlosdospiesenelsuelo", te lo agradezco de verdad y te doy la bienvenida.