viernes, 3 de julio de 2009

EL CALOR DEL INFIERNO

En una universidad norteamericana se planteó esta cuestión: el infierno ¿es exotérmico (echa calor de sí) o es endotérmico (absorve calor para sí)? Un estudiante sorprendió a sus profesores con su profunda respuesta sobre este dilema y escribió lo siguiente:
Conviene saber primero si el infierno es de masa variable. Por lo tanto necesitamos conocer la proporción de almas que entran en él, pues ya sabemos que salir, no salen. La mayoría de la religiones declaran que, si no perteneces a ellas, vas al infierno. Por lo tanto, como nadie pertenece a dos religiones, todo el mundo va al infierno. Como cada vez hay más nacimientos, el número de almas que van allí va creciendo exponencialmente.
Ahora bien, si el infierno no se expande y crece en la medida en que aumentan sus almas, la presión lo reventará por algún lado y explotará. Pero, si crece en mayor medida que la cantidad de almas que entran en él, entonces va bajando tanto la temperatura como la presión, y el infierno terminará por enfriarse.
El estudiante no resolvió del todo el dilema pero recibió una matrícula de honor en “Termodinámica escatológica”.

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