Procure darles todo lo que piden, que lleven una vida fácil y sin esfuerzo, que para eso son jóvenes. Déles siempre todo hecho y solucionado. No les corrija por nada del mundo. No les encomiende ninguna responsabilidad por pequeña que sea. Pobrecitos, que no sufran. Hágales creer que ellos son los reyes de la casa. Defiéndalos siempre y déles la razón a ellos ante sus maestros. Si alguna vez se ponen molestos o exigente, no les niegue lo que pidan y le dejarán tranquilo. Hágales ver que están haciendo el primo si pierden el tiempo colaborando en alguna cosa que no les reporta beneficio. Procure que no le creen problemas y le dejen tranquilo; pero que no sean “demasiado buenos” ni frecuenten reuniones de movimientos solidarios, porque tendrán “ideas raras”. Y, por supuesto, nada de castigarlos. Está anticuado.
Cuando sus hijos estén pensando qué van a hacer en la vida, qué profesión van a escoger, hágales ver en cual van a ganar más dinero o cuál le gustaría más a Vd. No importa cuál sea su vocación, ni que de momento no les convenza demasiado la carrera; ya se acostumbrarán.
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